domingo, 14 de agosto de 2016

Los primeros tebeos de la Historia II

Crátera Ática de estilo geométrico
Continuando el repaso a las narraciones realizadas con secuencias de imágenes en la Edad Antigua, iniciado en la entrada anterior, ahora nos toca pasar de largo ante la brillante cultura griega, base de nuestra civilización que, debido a su afán esteticista, no nos va a dejar ejemplos de narraciones gráficas. Pero, ¿no los hubo o no han pervivido? No conservamos restos de su pintura, que no ha superado el paso de los siglos, excepto en la cerámica. Ésta, de figuras esquemáticas y generalmente planas sobre fondos muy contrastados, posee numeroso material donde poder indagar, ya que tenían muchas veces el propósito de relatarnos las hazañas de sus héroes y dioses. Bastaría con encontrar secuencias gráficas consecutivas y no meras ilustraciones. La misma labor habría que realizar en los bajorrelieves.

La continuidad natural de la cultura griega se dio en la romana y aquí, exceptuando los numerosos mosaicos, sobrevivieron escasas pinturas, de las que tenemos restos porque las pusieron a salvo las erupciones sobre Pompeya y Herculano, pero de ellas tampoco podemos extraer ejemplos de narraciones gráficas.

Sarcófago romano
Donde sí las encontramos abundantemente es en los sarcófagos romanos, que solían tener representaciones de la vida cotidiana. Valoraremos un ejemplo donde se narra el proceso de siembra, recolección del trigo y preparación del pan, realizado por la misma persona, la cual se repite en cada acción. Las escenas se separan por bandas o calles; primero se representa el arado del campo con bueyes, luego las labores con la azada, el molido del trigo y la cocción del pan en el horno.

Columna Trajana
El otro ejemplo lo extraeremos de uno de los elementos más representativos del arte romano, como son los monumentos conmemorativos, se trata de la Columna Trajana. Esta joya se eleva semejando un monolito egipcio y tiene todo su fuste esculpido con un bajorrelieve continuo, que se enrolla como si fuese un papiro. En esta faja espiral se representan sucesivamente las dos campañas militares de Trajano organizadas en 155 contra los dacios. Hay episodios de guerra, junto a otros de importancia política y todos ellos son representados de forma detallista, con información geográfica e histórica. Si pensamos que, originalmente, estaba todo policromado, podríamos visualizar uno de los más asombrosos tebeos de la Edad Antigua, al que se dio una importancia de primera magnitud. Colocado en el lugar de más afluencia pública, como era el foro, frente al templo y detrás de la basílica Ulpia, buscaba un fin didáctico y adoctrinador, para que los romanos pudieran “leer” las hazañas de su emperador.

Apoteosis Antonino Pío
Como estamos dando un paseo por ejemplos, y no una revisión exhaustiva, veremos un pequeño relieve en marfil, tocando así las realizaciones más diversas. Es la Apoteosis de Antonino Pío, realizada en el siglo V. Nuevamente se quiere dejar un alegato del “buen gobernante” y se talla un pequeño tebeo con tres escenas sucesivas, que se leen de abajo a arriba, repitiéndose la imagen del protagonista en cada una de ellas. Estas repeticiones de personajes son destacables ya que singularizan la narración gráfica, puesto que obviamente han de ser sucesivas, dejando un tiempo variable entre secuencias con elipsis temporales, que es precisamente la forma de narrar de los tebeos. En la primera viñeta está Antonino Pío guiando a los ejércitos desde un elefante, luego imparte justicia y por fin es subido a los cielos por dos ángeles. ¿Es el resumen de una vida o pura propaganda?

Para finalizar incluiremos al menos algún ejemplo de las culturas americanas precolombinas, que aunque en gran parte se desarrollaron cronológicamente en tiempos que coincidían con la Edad Media europea, el hecho de su aislamiento geográfico les ha dado unas características que les asemeja sobre todo a las culturas de la Historia Antigua, particularmente quizá a Egipto y Mesopotamia.

Las grandes civilizaciones de Mesoamérica (mayas, aztecas, mixtecas, zapotecas, otomíes, etc.) registraron sus conocimientos en códices desde épocas muy remotas, así la ciencia, la religión, la historia o la economía. Para ello existía una especie de notarios públicos, o escribas, que eran a la vez pintores, dibujantes o muralistas y que, en lengua náhuatl, se denominan tlacuilos. Un tlacuilo era aquel que escribía pintando, o el que pintaba escribiendo. ¿Existe alguna definición más apropiada para un historietista?

Códice Borgia
Los códices se realizaban en papel de amate, piel de venado, tela de algodón y a veces papel de maguey, utilizando tinta negra o roja. Eran largas tiras que se doblaban en acordeón y se guardaban en amoxcallis, o casas de códices. Las imágenes se complementaban con unos textos, que sólo eran capaces de leer los escribas. Los documentos se leían extendidos en esteras para protegerlos del suelo, situándose el lector y los oyentes alrededor para observar las imágenes. Es decir, era necesario completar el sentido del texto con la observación de los dibujos. El orden de lectura era diferente al nuestro, de derecha a izquierda y a veces en zig-zag. Predominaban los dibujos narrativos que muchas veces eran yuxtaposiciones de secuencias que explicaban hazañas míticas. Son auténticas narraciones gráficas en plena madurez.

Códice Historia Tolteca Chichimeca
Después de la conquista española, esos tlacuilos continuaron ilustrando códices, esta vez para los europeos, registrando en escritura latina la información que contenían varios códices y anales históricos aztecas, mezclando también el dibujo con la palabra escrita.

Tlacuilo


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