miércoles, 31 de mayo de 2017

El esplendor de los tebeos en la Edad Media II

(08) Tapiz de Bayeux, siglo IX. Bordado de lana
sobre lienzo de lino, Musée de la Tapisserie. Bayeux.
Comencemos por uno de los más famosos ejemplos de narraciones gráficas románicas, el Tapiz de Bayeux (08), consiste en una tela bordada que contiene una de las pocas muestras conservadas de arte no religioso románico y de la que también se ha dicho, hasta la saciedad, que es el primer cómic de la Historia. Pues ya hemos visto que no es el primero, pero es un tebeo, sin lugar a dudas. En realidad no es un tapiz, sino un tejido compuesto por 9 fragmentos, cosidos de forma que alcanza una longitud de 68,8 m. de largo y 50 cm. de ancho. Fue bordado en Inglaterra entre 1070 y 1083, con lana de colores sobre lienzo de lino. Relata la conquista de Inglaterra por los normandos y la batalla de Hasting, acaecida el 14 de octubre de 1066, además de estar ornamentado con escenas de caza, animales fantásticos y decoración vegetal. Tiene una calidad gráfica excepcional, utilizando recursos para aumentar el dramatismo y la acción, que construyen una narración fluida. Está concebido como una narración histórica, aunque por sus poros suda la leyenda y la literatura épica. En los frisos inferior y superior hay toda una iconografía de animales, a veces fantásticos. La banda central, más ancha, soporta de forma continua toda la narración gráfica en escenas yuxtapuestas de forma similar a la Columna Trajana, aunque con una iconografía menos naturalista y más esquemática. En el dibujo se integra también el texto en Latín, un texto que complementa la narración, a veces identificando a los personajes o situando las escenas.

(09) Cenotafio de los santos mártires Vicente, Sabina y
Cristeta, siglo XIII, basílica de San Vicente, Ávila
El románico o primer arte europeo construyó iglesias de gruesas paredes que debían sustentar pesadas bóvedas, dejando libres unos extensos y magníficos muros que en lugar de permanecer vacíos fueron aprovechados sabiamente para el adoctrinamiento de los pobres analfabetos que hacían los domingos un descanso para sumarse a la obligación litúrgica. Y así se llenaron esas paredes de una rica iconografía de pretensión didáctica, los tímpanos de los pórticos, el interior de los ábsides, los muros laterales, los capiteles de las columnas... Todo ello llevó a convertir el monumento en sí en un libro de páginas pétreas. Aunque las iconografías consistían generalmente en imágenes de las Sagradas Escrituras, en ocasiones se quiso narrar otros fragmentos litúrgicos que eran esenciales para la doctrina y a veces se realizó mediante figuraciones narrativas, es decir tebeos (09).

El final del periodo medieval, denominado Baja Edad Media en lo social y político, y Gótico en lo cultural, no supone una ruptura con el Románico, sino una evolución, que alcanzará tal grado que logrará que sus realizaciones tengan un carácter netamente distinto. Cronológicamente se centraría en los siglos XIII y XIV, aunque en el siglo XI ya se están construyendo las primeras catedrales góticas francesas y en el siglo XVI se acaban algunas de las españolas.

(10) Breviario de Martín el Humano,
siglo XIV, Biblioteca Nacional, París
Las artes plásticas también tendrán una evolución hacia el naturalismo. Tanto la Escultura, como la Pintura, irán logrando proporciones realistas que las irán apartando de la tendencia expresionista y narrativa anterior. Pero no desaparecerán las narraciones gráficas, porque seguirán contando con el magnífico soporte de los códices, algunos muy brillantes, que evolucionarán iconográficamente hacia el perfeccionismo realista y la riqueza cromática.

La obra más representativa de este estilo es Las muy ricas horas del Duque de Berry, suntuoso libro que incluye un calendario de espléndidas miniaturas que ilustran las labores agrícolas  y las costumbres sociales según los meses. Veamos un ejemplo de esta corriente en un códice catalán, el Breviario de Martín el Humano (10), con una página que cuenta en cuatro viñetas la historia del Rey David, con un desbordamiento ornamental espléndido.

(11) Cantigas de Santa María,
Alfonso X El Sabio
Uno de los ejemplos más bellos e importantes de la Narrativa Gráfica en la Historia Universal serán Las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio (11). Este insigne rey, a la vanguardia de la cultura de su tiempo, cuyo más grande logro sería la Escuela de Traductores de Toledo, no solo encargó grandes obras de ciencia y de leyes, sino que dejó unos mágníficos códices que revelan una religiosidad muy moderna para su tiempo, dirigida a la sensibilidad de incluso snsualidad del lector, dejando en segundo plano el dogma, que tan fundamental había sido anteriormente. Fue, por su carácter, precursor del humanismo, que florecerá en la Italia del Trecento. Las cantigas son composiciones en verso de cerca de 400 poemas. En ellas vemos al pueblo llano como protagonista de numerosos milagros marianos. La Virgen es presentada como la nueva Eva, activa participante en la vida de su Hijo. El rey también es representado como trovador, entre juglares. Las páginas miniadas contienen las más bellas narraciones gráficas medievales, relatando una serie de milagros, protagonizados por la Virgen María, devoción primera de la cultura gótica y que tiene su paralelo en la Literatura en los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo. Las miniaturas del códice denominado Rico de El Escorial, son de grandes proporciones y constan, generalmente de seis viñetas que muestran el argumento de cada cantiga, presentando una evidente relación entre texto e imagen. En otros códices, los dibujos no guardan relación con el texto, sino que evocan la música, por medio de la representación de los intérpretes y los instrumentos.

(12) Cristo perdonando a la mujer adúltera,
Salterio de Ingeborg de Dinamarca, 1210,
Musée Condé, Chantilly
Vayamos concluyendo con dos últimos ejemplos, para no sobrecargar este apartado. Cristo perdonando a la mujer adúltera (12), preciosísima narración en dos viñetas del Salterio de Ingeborg. Y terminemos comiendo… Unos “bocadillos”, de los abundantes que se utilizaron en la Edad Media y épocas posteriores, para constatar que, por supuesto, no fueron “inventados” en el siglo XIX, como tantas otras cosas peculiares de los tebeos. Pertenecen a la traducción de la Ética de Aristóteles de Nicolás de Orestes (13),
(13)  Presentación de la Ética de Nicolás
de Orestes, 1372, Biblioteca Nacional
París
y en ella se puede ver el diálogo entre el erudito y el rey francés Carlos V. Comparemos estas filacterias con el que se considera primer cómic, el Yelow Kid, y restemos fechas (1896 – 1372 = 524 años). Más de medio milenio, ¿asombroso, no? Pues sigamos observando porque no le falta de nada al ejemplo, ni lo esencial ni lo accesorio de los tebeos: secuencias sucesivas, viñetas, texto en off, personajes con un grafismo y una manera de aplicar el color peculiares, “edición” en formato libro…

lunes, 15 de mayo de 2017

El esplendor de los tebeos en la Edad Media I

(01) Apocalipsis de Mahoma, Harat, 1436
Biblioteca Nacional, París
La Edad Media no solamente no es oscura y fría, como se ha asentado en la imaginación popular, sino que, además de ser cálida climatológicamente, debido a unas temperaturas medias superiores a las etapas precedente y posterior, supone, para los amantes de los tebeos, el período de mayor esplendor de la Narrativa Gráfica en toda la Historia de la Humanidad anterior al siglo XX. Cronológicamente va desde 476, con la caída del Imperio Romano de Occidente, hasta que desaparece en Imperio Romano de Oriente, o Bizancio, en 1453, con la toma de Constantinopla por los turcos. En un arco cronológico tan extenso se dieron multitud culturas, con un denominador común, que todas produjeron tebeos. Nos basaremos en unos pocos los ejemplos gráficos para demostrarlo.

(02) Suma histórica de Rasid al-Din
siglo XIV, Librería Universitaria,
Edimburgo
Veamos en primer lugar el mundo musulmán, del que se asegura que nunca hizo representaciones de la figura humana y mucho menos de su principal profeta, Mahoma. El ejemplo es un códice de 1436, su título es Apocalipsis de Mahoma (01). No faltan ni las viñetas yuxtapuestas, ni el texto integrado en el dibujo, ni las figuras humanas. En la primera de las escenas el Arcángel Gabriel se presenta ante el ángel de las setenta cabezas y en la segunda ante los profetas Juan y Zacarías. El siguiente tebeo es la Suma histórica de Rasid al-Din (02), que relata gráficamente en numerosas imágenes la vida del Profeta desde su nacimiento, hecho que está representado en la primera viñeta. En la segunda está el encuentro de Mahoma niño con el monje Bahira, luego la aparición al Profeta del Arcángel Gabriel y, por último, Mahoma depositando la piedra negra en el interior de la Ka'ba. También hay texto integrado en el dibujo, para que no le falte de nada.

(03) Canon Mayor de Avicena, s. XIV,
Biblioteca Universitaria, Bolonia
Ahora un ejemplo judío (03). Observemos las letras hebraicas en una página miniada perteneciente al Canon Maior de Avicena, el más ilustre de los médicos árabes.

Y acabemos con los teóricos iconoclastas trayendo un tebeo bizantino del siglo XI, que ilustra la poda de la viña y el pago a los trabajadores en dos acciones sucesivas yuxtapuestas (04).

(04) Miniatura bizantina del siglo XI
El mundo cristiano, a diferencia de los anteriores es vivamente imaginero. Empecemos por el Arte Paleocristiano, que hunde sus raíces al final del Imperio Romano, donde se recogerá la mayor parte de su producción. Del Pentateuco de Tours (05) se conservan 19 páginas miniadas que narran la historia del Antiguo Testamento con diversas secuencias sobre fondos monocromos, distribuidos en bandas que fijan el orden de lectura y con separación de escenas por arquitecturas, o fusión de escenas consecutivas en el mismo espacio. El texto, faltaría más, también se inmiscuye entre los dibujos.

El Arte Prerrománico está muy dividido y presenta características peculiares en la Arquitectura según la región, pudiendo hablar de Arte Carolingio o Visigótico, por ejemplo. Pero estas diferencias no son tan evidentes en los libros miniados, porque dependían de una minoría culta para su realización, y ésta tenía contactos entre sí que salvaba las distancias geográficas, por lo que las creaciones van a ser más homogéneas. Guardaban rasgos comunes, como el rico cromatismo o el esquematismo de las figuras, que no buscaban el naturalismo sino el expresionismo. El relato de la historia de Adán y Eva de la Biblia de Carlos el Calvo (06) es una narración gráfica del siglo IX, en concreto de 846. Pueden leer las imágenes, no es necesario siquiera traducir el texto que le complementa, como a cualquier narración gráfica que se precie.

(05) Pentateuco Ashbornnham o de Tours, s. VII,
Biblioteca Nacional, París
Dentro de los libros miniados hay un grupo especial denominado beatos. Se designa así a los manuscritos que nos trasmitían los Comentarios al Apocalipsis de San Juan (07) atribuidos al Beato de Liébana. Estaban inducidos por sentimientos milenaristas de la proximidad del fin del mundo y debían constituir un instrumento para disponer los espíritus a ese propósito. No obstante lo que ha dado verdadera fama a los beatos es su rica ilustración. Son libros que van desde el siglo X al XIII. Se conservan 27 beatos, de los cuales 24 tienen miniaturas de rico colorido y carácter narrativo, con dibujos enmarcados en viñetas, que a veces contienen texto, y unas bandas horizontales que guían la vista del lector.

(06) Historia de Adán y Eva,
Primera Biblia de Carlos el Calvo,
hacia 846, B. Nacional, París

(07) Los cuatro jinetes del Apocalipsis,
Beato de Liébana
Y hasta aquí la primera parte, dejaremos el románico y el gótico para el siguiente capítulo.